martes, 7 de junio de 2011

Un Robo de Pelicula...




Los robos son cada vez más insólitos, y es lo que sucedió en Palos Heights, Illinois, Estados Unidos, cuando un hombre y una mujer vestidos de monjas, irrumpieron en el TCF, un banco de la zona, caracterizados como alguna vez se había hecho en la película ‘The Town’, protagonizada por Ben Affleck, en un robo que el FBI catalogó como de película, ya que aún no se han podido localizar.

El hecho sorprendió a los presentes, cuando dos violentas monjas, o mejor dicho, dos personas vestidas como religiosas, irrumpieron en la sucursal del banco TCF para robar el lugar.

Con pistolas en mano, los enmascarados entraron al banco antes de la hora del cierre, saltando al mostrador obligando a uno de los cajeros y al gerente de la bóveda llenar una mochila con dinero en efectivo.


Según autoridades, la pareja de ladrones se metió al banco localizado en el 6410 W. 127th St., al suroeste de Chicago. Ambos vestían hábitos de monjas y máscaras. Fotos de las cámaras de vigilancia del banco muestran a uno de los sospechosos subido en un mostrador apuntando al cajero con una pistola. Los sospechosos son dos sajones de 5’10” de estatura. Ambos estaban armados.

La pareja que se describe como un hombre y una mujer de raza
negra, huyeron del banco TVC a bordo de una camioneta Chevrolet,
color plata, que fue vista en dirección al norte, detalló la policía.

viernes, 3 de junio de 2011

Guetto de Berlin



Se trata de un epíteto demasiado bonito para una calle que nunca fue preciosa, pero tremendamente real porque es cierto que su eternidad fue corta. En 1929, Joseph Roth describía la Grenadierstraße (hoy Almstadtstraße), como un lugar de manifiesta vida judía, con “caracteres hebreos en los letreros de las tiendas, en las placas sobre puertas y ventanas”, donde los judíos deambulaban por en medio de la calzada y sus “mujeres y niños se arracimaban frente a los puestos de frutas y verduras”. Diez años después, la Grenadierstraße que encontraba Martin Beradt, era muy distinta: “La vi en julio de 1939, pocas semanas antes del estallido de la guerra. Era una tarde, un momento que en la callejuela no solía ser especialmente animado, pero tampoco un tiempo de silencio. ¡Cuántos cientos de personas solían estar a tu alrededor a esas horas! Ahora estaba muerta. En una parte de las tiendas había nombres cristianos, la mayoría mostraban escaparates vacíos o persianas cerradas bajo las familiares inscripciones, los puestos habían desaparecido”.

Diario de un Skin (Antonio Salas)


Argumento:
El periodista con el seudónimo Antonio Salas se infiltra en un grupo de nazi tras presenciar el asesinato de su compañero - quién, además, era su cuñado - en manos de uno de ellos, por el solo hecho de ser sudamericano. Dentro de la historia, se involucra con ellos y adopta su estética, llegando incluso a dar ideas para preservar la pureza de la raza, siendo muy bien aceptado por sus "pares".

Mi opinión:

Es un libro muy interesante ya que el personaje se encarna en la piel de un Skin Head, tiene que pasar distintas pruebas para no hacer sospechar a los demas Skins. A mi es un libro que me gustó mucho porque tiene intriga, suspense y acción, ademas tambien da a conocer las creencias y las ideologias de los Skins.

EL Hundimiento



El Hundimiento

Bruno Ganz, el actor fetiche de Enki Bilal, parece en principio una elección poco adecuada para encarnar a Hitler. Sin embargo Ganz resuelve con brillantez el carácter contradictorio del genocida de la Segunda Guerra Mundial en Der Untergang, un film de 2004 dirigido por Olivier Hirschbiegel. El actor es capaz de componer un personaje encantador e inquietante a la vez, que se mueve por impulsos caprichosos. Iracundo y enloquecido, abstemio y vegetariano, amable y repugnante. El Hundimiento relata los últimos días de Hitler en el búnker que constituyó su Cuartel General. Basado en las memorias de la secretaria del Führer, las de varios ministros y generales suyos como Albert Speer, y otros testigos presenciales, El Hundimiento es un prodigio de extraordinaria documentación. Una película coral con personajes magníficos, desde los grandes caracteres históricos a los pequeños ciudadanos anónimos. Fanáticos incomprensiblemente arrastrados por el pensamiento (?) de un loco. Seguro que podemos verle muchas concomitancias con actitudes que todavía sobreviven entre nosotros.


Es un Hundimiento con un cuádruple referente: Hitler se hunde físicamente, decepcionado, traicionado, atormentado por la enfermedad y el odio; sus sueños se hunden con la certeza de que el mundo que había planeado no tiene sitio en el futuro; el régimen se hunde dividido, desarbolado, sin esperanza, y Berlín se hunde ante la acometida imparable del ejército ruso. La película retrata el irracional fanatismo ciego del dirigente nazi y sus seguidores, las tensiones internas de un Alto Mando que no se atreve a arrebatarle el poder a un desquiciado y tampoco quiere capitular pues todavía está vivo el amargo recuerdo de la rendición incondicional de la Primera Guerra Mundial, el caos entre las ratas que abandonan el barco y los civiles, muchos de ellos aún niños, que se exterminan unos a otros acusándose mútuamente de traición, la ligereza de una voluble Eva Braun, el espanto de un mundo esquizofrénico en sus últimos estertores, imprescindible secuencia tras implacable secuencia. La locura de la guerra, en suma.

Una lúcida disección con minucioso detalle de la caída del poderío alemán. Un régimen podrido y endogámico en el que no hay compasión por los vencidos y sí un reinado del terror hasta el tenso final. El director se limita a mostrar los hechos ante nuestros hipnotizados ojos sin emitir juicio alguno justo hasta el fotograma final, cuando deja claro que los culpables fueron todos. La responsabilidad de un pueblo que aupó, animó, consintió o no quiso ver. Con eso basta, no necesita más. El Hundimiento compone una película extraordinaria y, por un momento, el retrato del fin del mundo. Un cautivador espectáculo, la fascinación de contemplar el horror de cerca. Clarificadora, reveladora, debería de ser de visionado obligado para tanto iluminado y tanto salvapatrias antes de que estemos condenados a repetirlo todo una y otra vez.