viernes, 3 de junio de 2011

Guetto de Berlin



Se trata de un epíteto demasiado bonito para una calle que nunca fue preciosa, pero tremendamente real porque es cierto que su eternidad fue corta. En 1929, Joseph Roth describía la Grenadierstraße (hoy Almstadtstraße), como un lugar de manifiesta vida judía, con “caracteres hebreos en los letreros de las tiendas, en las placas sobre puertas y ventanas”, donde los judíos deambulaban por en medio de la calzada y sus “mujeres y niños se arracimaban frente a los puestos de frutas y verduras”. Diez años después, la Grenadierstraße que encontraba Martin Beradt, era muy distinta: “La vi en julio de 1939, pocas semanas antes del estallido de la guerra. Era una tarde, un momento que en la callejuela no solía ser especialmente animado, pero tampoco un tiempo de silencio. ¡Cuántos cientos de personas solían estar a tu alrededor a esas horas! Ahora estaba muerta. En una parte de las tiendas había nombres cristianos, la mayoría mostraban escaparates vacíos o persianas cerradas bajo las familiares inscripciones, los puestos habían desaparecido”.

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